UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
SISTEA DE EDUCACION MEDIA SUPERIOR
ESCUELA PREPARATORIA REGIONAL DE
COLOTLAN
“MODULO HUEJUCAR”
PROFESOR
SALVADOR ACOSTA LEDEZMA
ALUMNA
CITLALITL BRISEYDA QUIÑONEZ ROSALES
CODIGO
213666709
EL PORFIRIATO
El periodo de 1876 a 1911 está marcado dentro de la historia
de nuestro país como porfiriato que fueron al rededor de 35 años , y se refiere
al gobierno de Porfirio Díaz, quien ocupo la presidencia del país durante el
lapso antes mencionado, con la excepción de 1880 a 1884, donde el presidente de
la patria fue Manuel González. Pero a partir de 1884, y hasta el quinto mes de
1911, la gran figura política nacional fue la del general Porfirio Díaz.
Esta etapa del país coincide con un momento particular
del desarrollo capitalista que ha sido llamado imperialismo. Este periodo, en
un ámbito internacional, tuvo como principal característica un nuevo tipo de
colonialismo, en el cual los grandes países capitalistas de Europa y Estados
Unidos ya no se preocuparon por controlar de una manera directa el resto del
mundo, sino mediante la apropiación de los recursos naturales y su mano de
obra, por ejemplo la tierra, los minerales, los metales preciosos y la fuerza
de trabajo entre otras cosas más. El control que ejercieron estos países se
hizo realidad a través de la inversión de capitales en los países en vías de
desarrollo o recién liberados de estructuras de dominio colonial, lo que trago
consigo importantes cambios, como el surgimiento de la clase obrera en países
industrializados aceleraron la producción y exportación de alimentos y materias
primas en los países que no eran participes de este desarrollo. Así los países
implementaron medidas económicas favorables al capital extranjero, lo que finalmente
los convirtió en países mono exportadores de café, carne, azúcar,
trigo, algodón y estaño entre otros.
Prosperidad porfiriana
Durante
el largo tiempo en que gobernó Díaz se realizaron obras importantes en varios
puertos, y se tendieron 20,000 kilómetros de vías férreas. Las líneas de
ferrocarril se trazaron hacia los puertos más importantes y hacia la frontera
con los Estados Unidos de América para facilitar el intercambio comercial.
También
sirvieron para facilitar la circulación de productos entre distintas regiones
de México, y como medio de control político y militar. El correo y los
telégrafos se extendieron por buena parte del territorio nacional. Se fundaron
algunos bancos, se organizaron las finanzas del gobierno, se regularizó el
cobro de impuestos, y poco a poco se fueron pagando las deudas.
La
agricultura progresó espectacularmente en Yucatán, en Morelos y en La Laguna,
se cultivó un sólo producto: henequén, caña de azúcar y algodón.
México
tuvo un crecimiento económico nunca antes visto. Pero como poca gente tenía
dinero para invertir o podía conseguirlo prestado, el desarrollo favoreció a
unos cuantos mexicanos y extranjeros. Con esto, la desigualdad entre los muy
ricos, que eran muy pocos, y los muy pobres, que eran muchísimos, se fue
haciendo cada vez más profunda la esperanza de comer cada día.
Se
agudizó la tendencia a acumular terrenos en manos de unos pocos propietarios;
es decir, a la formación de latifundios.
Los
indígenas perdieron muchas tierras, y la mayor parte de los habitantes del
campo tuvieron que ocuparse como peones en las haciendas. Allí había trabajo,
pero estaban mal pagados, tenían poca libertad y se veían obligados a gastar el
poco dinero que ganaban en las tiendas de raya, que eran de los propios
patrones y que vendían todo más caro. Al endeudarse en estas tiendas, los
peones tenían que seguir trabajando para el mismo patrón, aunque los tratara
mal. En algunas regiones, como la península de Yucatán y Valle Nacional,
Oaxaca, los peones eran, por el trato que se les daba, prácticamente esclavos.
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